Nos encantaría mostrarte una imagen de gente con VIH orgullosa pero las consecuencias de visibilizarse son muchas, por lo que 8 de cada 10 personas con VIH tienen miedo a ser discriminadas. Cambiar esta realidad es responsabilidad de toda la sociedad. Haz tu parte: infórmate.
La serofobia es el estigma y discriminación que se asocian socialmente a la infección por VIH y al sida, cualquier distinción arbitraria entre las personas por razón de su estado de salud o de su estado serológico con respecto al VIH, confirmado o sospechado. La discriminación por serofobia está directamente relacionada con la desinformación o la información falsa que tiene la mayor parte de la sociedad, lo que la lleva a generar un estigma frente a las personas con VIH.
Por ejemplo, el 11% de la población aún rechaza convivir con alguien que vive con VIH, y el 4% de la población rechazaría incluso tener a una persona que vive con VIH en su vecindario, según datos del Ministerio de la Seguridad Social, cuyos datos más recientes se basan en una encuesta que hicieron en 2011.
Como consecuencia del estigma en el mundo laboral, un 29% de la población activa (que son aquellas personas con edad y disposición de trabajar) que tiene VIH está desempleada. Cuando están trabajando viven con miedo a que sus compañeras y compañeros se enteren de su situación serológica porque el 11% de la sociedad desaprueba que una persona con VIH desarrolle su profesión en una oficina donde hay más personas trabajando.
Según estudios (Fuster et al, 2014), esta última cifra aún sería mayor: casi un 26% de las personas encuestadas se sentirían incómodas trabajando con una persona con el VIH, y un 49% de las personas entrevistadas admiten su incomodidad si entre el alumnado del colegio donde van sus hijos o hijas alguna compañera o compañero tuviese el VIH.
Relaciones afectivo-sexuales
En otros ámbitos de la vida cotidiana, también se agrava la situación: solo un 18% de las personas que respondieron la encuesta a la que hace referencia Fuster establecería una relación de pareja estable con otra persona con VIH, y superan por poco el 1% aquellas que tendrían una relación sexual esporádica con alguien con VIH.
Las parejas serodiscordantes, e incluso las relaciones sexuales esporádicas, existen, obviamente, y es necesario actualizar la información para romper con ese estigma que dificulta la vida afectivo-sexual de estas personas. Ahora hemos escuchado mucho hablar de la carga viral del covid-19, pero ¿sabes que también el VIH tiene carga viral y cuando esta es 0, es decir, indetectable, también es intransmisible?
Serofobia y LGTBfobia
Además, en nuestro caso, al estigma y la discriminación consecuencia de la serofobia se suma otra discriminación añadida, la LGTBfobia, por pertenecer al colectivo LGTB+ y convivir con el VIH. El estigma del VIH y la LGTBfobia se combaten con información que nos ayude a romper con los prejuicios.
Una de las consecuencias que la serofobia provoca en las personas con VIH, a fuerza de respuestas y reacciones negativas de las demás personas, es la autoestigmatización o la vergüenza, lo que deteriora la calidad de vida porque acarrea sentimientos de autodesprecio, aislamiento, depresión, ansiedad o desesperanza.
¡Haz tu parte: infórmate!